La irrupción del comercio electrónico en los últimos años ha puesto a prueba a las empresas logísticas de todo el mundo. Tras la salida de la crisis, el tráfico de mercancías ha ganado protagonismo en la economía. El transporte supone el 27% de la energía consumida en el mundo y el 8% del PIB. Genera unos 800.000 empleos en España, pero una cuarta parte de las emisiones de CO2 proceden de operaciones logísticas y del transporte. El sector está en el punto de mira de la legislación medioambiental. En ese protagonismo creciente, el foro +Debate congregó a siete expertos para analizar los principales retos del sector que serán además el centro de discusión del próximo Salón Internacional de la Logística (SIL) que se se celebrará en Barcelona entre el 26 y el 28 de junio.
La reducción de emisiones y el incremento de apoyos de la Administración para afrontar los costes de la transformación centraron la discusión. Los participantes en el debate organizado por EL PERIÓDICO: Pere Navarro, delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca; Blanca Sorigué, directora general del SIL; Jaume Bonavia, director general de Alfil Logistics; Massimo Marsili, director general de Transporte en España, Portugal y Marruecos de XPO Logistics; Javier Malaver, Responsable de desarrollo de Cilgroup; José Miguel Masiques, consejero delegado de Empresas Masiques; y Javier Pagés, director general de Transnatur, coincidieron en alentar el diálogo entre la Administración y las empresas del sector para facilitar la adaptación a las necesidades de los clientes y el medioambiente. La mejora de la normativa y la agilización de trámites aduaneros son claves para el futuro.
NUEVOS RETOS
Hacia la eficiencia más rentable
Según Navarro, la nueva logística nacida del auge del correo electrónico requiere «puntos de transición entre la gran logística y la logística de la última milla». «En esa nueva logística capilar se necesita menos espacio y se generarán más empleos, también cualificados y asociados a las nuevas tecnologías».
Blanca Sorigué destaca el hecho de que el próximo Salón de la Logística SILdeje de orientarse a sectores y se centre en necesidades: «Será un salón en el que se debatirán los temas que todas las empresas deben tener en cuenta para afrontar el futuro». El reto de la sostenibilidad es uno de los que más quita el sueño a las empresas del sector. La factura de la reconversión puede poner contra las cuerdas a las compañías. «El reto de hoy no solamente es ser sostenible y eficiente, sino que esa eficiencia sea también rentable», opina Jaume Bonavia, director general de Alfil Logistics. El compromiso Lean&Green, por el que empresas europeas se sumaron al objetivo de reducir las emisiones el 20% en cinco años marcó la dirección a seguir a Alfil y a otras firmas del sector. Utilización de combustibles como el gas para los camiones, la optimización de rutas, el empleo de energías renovables en las instalaciones o la valorización de residuos han sido en estos últimos años la base de las estrategias para reducir el impacto medioambiental.
POR CARRETERA
Megacamiones o 44 toneladas
Gigantes del sector como XPO, uno de los líderes mundiales del transporte, también se han conjurado con la defensa del medioambiente. XPO cree fundamental la complicidad de la Administración para profundizar en las mejoras. En opinión de su director general para España, Portugal y Marruecos de XPO, Massimo Marsili, las grandes empresas logísticas como la suya deberán fortalecer el transporte y la entrega nocturna de mercancía, pero opina que también la Administración deberá instalar postes de recarga de vehículos eléctricos en zonas urbanas para que los camiones de reparto no tengan que volver a las plataformas logísticas para recargar sus baterías.
Entre las cuestiones en transformación, la modernización de los camiones es fundamental. «Nosotros hemos calculado que somos capaces de reducir las emisiones de CO2 en un 20% mediante la utilización de megacamiones», afirma Marsili. XPO Logistics aspira a incrementar el uso de estos vehículos, de más de 25 metros de longitud y una capacidad de carga máxima de 60 toneladas, como una vía para rentabilizar las rutas punto a punto.
En opinión de Javier Malaver, de Cilgroup, también se puede potenciar el camión de 44 toneladas, algo mayor que los habituales actuales (40 toneladas), ya que son más versátiles y se adaptan mejor a las vías convencionales. La implantación de uno y otro choca con la oposición de los transportistas (que ven peligrar puestos de trabajo) y las dificultades administrativas para facilitar los permisos para circular de los camiones más grandes. «Lo que pasa en estos momentos es que estamos conviviendo en el siglo XXI de la tecnología y la digitalización, cuando todavía tenemos las reglas e infraestructuras del siglo XX, y ese es el gran reto», opina Malaver.
INTERMODALIDAD
Autopistas del mar como solución
Masiques defiende la revitalización del cabotaje ahora bautizado como ‘short sea shipping’ (SSS) para recortar emisiones contaminantes. En su opinión, las denominadas autopistas del mar, embarque de vehículos en buques, «suponen una mejora medioambiental brutal, más que el ferrocarril. Es una vía para hacer el sector logístico más sostenible», opina Masiques. Este experto advierte de que «el movimiento portuario crea tensiones, como colas en las zonas de embarque, pero hemos de ser capaces de explicar que ofrece ventajas tanto en costes económicos como medioambientales».
El director general de Transnatur, Javier Pagés, considera que durante algunos años los medios de transporte van a mejorar pero que «estamos lejos todavía de poder optimizar rutas con camiones eléctricos a larga distancia y que sea viable». Como compañía reduce las emisiones de CO2 y está en trámites para conseguir todas las certificaciones que avalen su esfuerzo en reducir la huella de carbono de la compañía. Una vía es la mejora del parque de vehículos. «Hasta que llegue ese camión eléctrico con autonomía suficiente, los vehículos propulsados por gas pueden ofrecer un ahorro de entre el 7% y el 16%», explica. Pagés resalta que otro de los retos fundamentales para las empresas del sector logístico es la mejora de la ciberseguridad. El ataque de ‘hackers’ sufrido en junio del 2017 por la empresa Maersk, con un impacto en las cuentas de 250 millones de euros, supuso un toque de atención para todo el sector logístico.
Durante el debate.
Bonavia opina que el apoyo de la Administración al sector logístico tiene efectos positivos en toda la economía: «Somos facilitadores de las ventas de los clientes, pero no estamos educando al consumidor, que compra por internet y quiere su producto de manera inmediata. Eso tiene unos costes, costes económicos y medioambientales», reconoce.
CUESTIÓN DE ADUANAS
Más recursos para puestos fronterizos
El sector logístico reclama a la Administración la mejora de trámites aduaneros. «En el sector logístico trabajamos 24 horas los siete días a la semana, pero nos encontramos que en las aduanas o en la Administración no trabajan 24 horas», afirma Bonavia. Masiques se suma a la petición: «Pediríamos a la Administración que haya más recursos en los puestos de inspección fronteriza, es esencial acelerar los trámites aduaneros, ya que influyen en la optimización de rutas, en tiempos, costes y emisiones». Una petición común es que todas las empresas de la cadena logística sean operadores económicos autorizados, «de esa manera la Administración podrá centrarse en el control de aquellas operaciones que no realicen esos operadores autorizados», añade Masiques.
«En los próximos 10 años vamos a asistir a cambios sociales e industriales más relevantes que en los últimos 50», opina Malaver. En esa transformación serán importantes las tecnologías basadas en ‘blockchain’ para certificar movimientos de mercancías. Pagés reivindica la importancia del sector y recuerda que «si para la logística , no hay gasolina ni productos de primera necesidad. Se para el mundo».